Por Adriana Zacañino
El ser humano es una unidad indivisible. Dentro de él, se encuentra todo el conocimiento de la vida.
Podemos decir que cada uno de nosotros es micro universo perfectamente dotado, capaz de interaccionar armónicamente con todas las expresiones manifiestas de la vida misma. No hay diferencia entre el gran universo y nosotros. Nos rigen las mismas leyes y estamos dotados del mismo potencial. Dentro nuestro contamos con todo lo que necesitamos para desarrollar una vida plena, en forma armónica, saludable y ser felices.
¿Por que entonces nos cuesta tanto vivir?
Porque hemos perdido la comunicación.
Desde el instante mismo de nuestra concepción, cada cosa que nos sucede y la forma en que la percibimos, queda registrada en nuestra inteligencia emocional. Si lo que hemos percibido nos asusta, nos angustia, nos genera duda, impotencia, dolor ó confusión, evitamos volver a conectarnos con esta emoción. Es tanto lo que evitamos conectarnos con ella, que ponemos todo nuestro empeño en no volver a sentirla,
A partir de ese momento nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestras acciones comienzan a estar regidos por esta "evitación".
Evitamos conectarnos con nuestro “miedo básico”
Para compensar este miedo básico, surge un deseo básico.
El deseo básico, es el modo de defendernos de nuestro miedo básico para continuar funcionando. Es lo que creemos nos hará bien. Al deseo básico, podríamos llamarlo programa del ego, porque nos dice que es lo que el ego se afana por conseguir, al punto tal que a veces hacerlo realidad
nos lleva por caminos contraproducentes.
Por ejemplo, el miedo a la pérdida (de identidad), temor a sentirse no-oído, decepcionado, ignorado, amenazado, asustado, hace que surja el deseo básico de encontrar seguridad.
Es posible, llegar a buscar la seguridad hasta el extremo de estropearlo todo en la vida, incluso, irónicamente, la propia seguridad.
Con tal de evitar nuestro miedo básico, somos capaces de ser autodestructivos al tratar de manera equivocada y exagerada, de hacer realidad nuestro deseo básico.
Vivimos buscando lo mismo, usando las mismas estrategias, aún cuando no nos dan los resultados que deseemos.
No hacemos esto a propósito, simplemente sucede. Es la forma que creemos que tenemos de protegernos para no sufrir. Y esto sucede seamos conscientes o no de ello. Vamos así formando creencias que justifican lo que hacemos y nos tranquilizan, demostrándonos que vamos por el camino correcto. Y nuevamente son estas creencias. las que al poner el foco en lo que no queremos, hacen que volvamos a re-sentir aquello que estábamos evitando. Por miedo a más dolor, negamos conectarnos con lo que percibimos, poniendo todo nuestro empeño en controlar lo que nos sucede para revertir esta situación
Nos acostumbramos a responsabilizar a los otros ó a las circunstancias externas de lo que nos pasa, y vamos por la vida auto- justificándonos, armándonos de una coraza cada vez mayor con la que enfrentar al mundo, dispuestos a luchar para vivir. Como consecuencia nos sentimos cada vez más pequeños, más indefensos, alejándonos cada vez más de nuestra unidad, ya que hemos puesto esta coraza precisamente para no percibirnos y es esto lo que nos impide conectarnos con nuestra potencialidad.
¿Cuál es el camino del retorno?
Aprender a comunicarnos con nosotros mismos
Percibirnos y. aceptarnos.
Descubrir cual fueron los mecanismos que nos hicieron sufrir, es liberar las emociones negativas que nos hemos negado a registrar
(impidiendo nuestro desarrollo).Percibir nuestros miedos y aceptarnos, reconociendo y desactivando los juicios realizados, es aprender a confiar en nuestro potencial.
Percibir, equivale a tomar conciencia de la verdad.
Las técnicas de Memoria Celular, basadas en el Testeo Muscular, nos permiten conectarnos con la inteligencia emocional liberando los bloqueos que hemos generado para no percibirnos.
¿Cuál es la singularidad de estas técnicas?
Que el testeo muscular nos entrega los datos registrados en nuestra memoria celular aun cuando estemos evitando tomar conciencia de lo que nos sucede.
A través del testeo, obtenemos la información necesaria para comprender los mecanismos de auto-defensa que hemos formado. Es así como desactivamos los juicios que hicimos y las creencias que los sustentan; liberamos las emociones negativas que nos bloquearon; recuperando la confianza en nuestro potencial y nuestra capacidad de elección
Es por medio del testeo muscular y según sea necesario, la recesión en edad y el aquí y ahora, que limpiamos la carga emocional negativa que bloquea nuestra percepción; aprendiendo a comunicarnos con la sabiduría profunda de la vida que brota de nuestro interior, para nuestro desarrollo y el crecimiento armónico del medio en el que nos toque interactuar.